Brother Ali acaba de publicar su noveno álbum, con el que aporta una nueva carga de sal a la escena underground de Minneapolis. Nuestro chico Ali, con un pasado como activista y emcee de batalla, se ha establecido completamente como un nombre de referencia dentro del hip-hop a través de lanzamientos como “Shadows in the Sun” en 2003 y “The Undisputed Truth” en 2007. Y si podemos olvidar sus otros proyectos como “Us”, “Mourning in America & Dreaming in Colour” y “All the Beauty in This Whole Life”. Desde su primer EP “Champion”, su mixtape “Left in the Deck” hasta “Secrets & Escapes” con Evidence a los mandos, la discografía de Ali no es en absoluto escasa.
Hablemos de la última obra maestra. La canción que da título al disco ofrece inmediatamente esas vibraciones de rap rock, y Ali demuestra claramente que controla su propio destino. “Deep Cuts” es un tema de piano sobre el amor que siempre le llega y sobre Dios como ser eterno e inmutable. “Higher Learning at the Skyway” recupera las guitarras, mientras que “Drum” invita a reunirse alrededor de la hoguera instrumental con su estilo gospel. Cada canción merece ser escuchada con un buen vaso de sal, ya que eleva toda la vibración al siguiente nivel.
En “The Counts”, Ant se inventa un ritmo funky para que Ali pueda dirigirse a la gente que le descarta constantemente. En “Cast Aside” habla de lo difícil que es expresar todo lo que siente. La canción “Ocean of Rage” brilla con un sonido jazzy boom bap y deja claro que Ali está en su mejor momento al atardecer, cuando brilla la luna y la brisa fresca tiene la palabra. Y aunque “Under the Stars” dice que no siempre se puede hacer lo que uno quiere sin apoyo, él sigue recorriendo su propio camino.
Luego, cuando llegamos a “Personal”, Ali vuelve a un sonido sencillo y puro en el que no se toma demasiadas cosas a pecho y promete avisar si algo cambia por su parte. Con “2 Dudes”, la ciudad se convierte en el centro de atención y los pianos levantan el ánimo. “Better But Us” suena conmovedor y habla de cómo mejorar algo más que la relación con su pareja, con los dos discutiendo constantemente. “Name of the One”, por su parte, celebra los rayos de sol que arrojan elogios sobre Ali.
“Immortalised” llega con pianos y Ali elevándose a predicador callejero, mientras que “Head Heart Hands” habla del equilibrio entre esos tres elementos. El tema veraniego “Mysterious Things” explora el extraño mundo de las personas, y “Handwriting” cuenta cómo algunos sueños que antes parecían imposibles ahora están al alcance de la mano. El último tema, “Sing Myself Whole”, es la conclusión perfecta, en la que muestra su talento como cantante y reflexiona sobre la soledad.
Ali no se limita a echar sal esta vez, sino que vierte todo un mar con esta obra de arte. Es su primer paso en la familia de Mello Music Group y vaya si lo es. Los ritmos de Ant siguen siendo tan nostálgicos como siempre, con las conocidas vibraciones cálidas y crujientes del vinilo y ritmos inquietantes que te transportan a las olvidadas tiendas de discos de Estados Unidos. Las letras de Ali son astutas, espirituales y llenas de autorreflexión que te hacen pensar y mantienen siempre ese tono esperanzador. Su primera obra de mármol con Mello Music Group merece un sólido 9/10, y quizá sea su álbum más completo hasta la fecha.
Si te preguntas si Brother Ali puede crecer más, te ha dado la respuesta con este álbum: absolutamente. Este trabajo no es sólo un viaje musical, sino un viaje a través de los pensamientos y un vistazo concedido al alma de Ali. Una experiencia realmente salada que no querrás perderte. ¿Qué te parece? ¿Es Brother Ali bueno para más sal?
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